CINCO REINOS FALSOS
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Santa María Juana Ediciones
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Cinco reinos falsos. Cinco salas de espera. Cinco fogatas en cinco oasis en medio del ruido. Relatos donde la realidad es una linterna mágica, un espejismo. Es un mundo extraño y hermoso ahí afuera.
“Era un papelito de esos que te dan a la salida de los teatros o los museos, tú que ibas a saber. Te dieron ganas de leerlo en voz alta y ya.
Además se supone que los demonios no existen".
Estás en tu casa. La casa está sola. Fluye un día largo, demasiado nítido, extraño. Te diviertes arrancándote cabellos, deslizándolos por tu lengua para cortarla, pero ni eso sucede. Pareciera que se ha detenido el tiempo, o que harto, hubiera fallecido. Hasta el sillón en que estás sentado te muerde: plano, frío, incomodo.
Enciendes la televisión. Enciendes el radio. Esperas la perorata de todos los días, pero un aletargamiento estira las voces de los locutores y lo único que ves en la pantalla es un idiota que da las noticias entre bostezo y bostezo, mientras se abanica con un puñado de hojas. Intentas leer, tus ojos recorren un camino, tu mente otro; cuando vuelven a juntarse todo es una línea recta, hipnotizante, como una carretera infinita.
No crees que llueva, la lluvia sería algo, pero no crees que llueva. En la calle no se escucha ningún ruido. De alguna manera sabes que todos están igual, todo el mundo inmóvil, vencido, doblado sobre sí mismo como un girasol marchito; puedes ver cada uno de los pájaros que ahora enmudecen, puedes verlos en sus nidos, con los ojos semicerrados; puedes ver a toda la naturaleza, el universo entero flotando en un inmenso frasco de miel espesa y negra.
