
HOMBRE HABLANDO
A LA PARED
El muro de las lamentaciones​
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Santa María Juana Ediciones
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Nadie sabe lo que es el amor. Todos lo dicen, se lo dicen unos a otros, componen canciones con la palabrita, la desgastan, la pisotean. Pero cada corazón es un mundo: oscuro, enigmático, inmenso, inexplorado. La vida es un viaje con los ojos vendados y de espaldas. Considere pues, este libro, como un cuaderno de viaje, un corte de caja de la historia personal e inventada del autor.
“¿Qué pasará con nosotros los frágiles; los temerosos, los que escogen siempre el camino de las piedras resbalosas, los que no sufrimos tanto como nos quejamos, los pusilánimes apostadores del final de la fila, los que salen sonriendo y lloran al ver las nubes fuera de lugar, los que piden manzanas a la vid, los que andan sin piel sobre brasas heladas, los vestidos de payaso en las mejores ceremonias?
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Y uno termina siempre donde mismo, entre vómito de mariposas y oscuridad. Por más que se busquen vías alternas, por más que uno intente taparse los ojos, la vida lo encuentra a uno y lo obliga a mirar. No se puede andar por ahí con la faceta de cobarde, no se puede ser débil y huir. Necesariamente se habrá de enfrentar esta masa de lágrimas de arena y soportarla de pie, sin agarrarse de nada, aguantando la sangre y el frío. ¡Desdichados los pobres de corazón porque de ellos serán el cansancio y el hastío, de ellos el camino infinito y las noches largas!, ¡ay de aquél que no se cubra el corazón con brea, porque está condenado a ir y venir, estrellándose contra paredes dulces! No hay salvación, no hay otra puerta que la que está enfrente.
Pequeño paréntesis rosa